Quienes somos

En  tiempo de los bicentenarios de la independencia latinoamericana, cuando las mejores energías de la transformación, la equidad y la integración han sido puestas en marcha y consolidadas por los actuales liderazgos políticos de la Patria Grande, es tiempo de una gran convocatoria a las energías intelectuales, políticas y populares que consoliden los logros alcanzados. Nuestras presidentas/es han reclamado reiteradamente que necesitan de sus pueblos para consolidar sus metas y la transformación en curso.
No podemos ser espectadores pasivos del más formidable proceso de integración de la América Latina y el Caribe en marcha desde los tiempos de los Libertadores.
Bolívar, San Martín, Sucre, Morazán, Artigas, Ohiggins, Morelos, Petión y tantos otros patriotas de la verdadera Patria Grande, pudieron acometer sus empresas de liberación, porque contaron con las mejores energías de sus pueblos y sus generaciones movilizadas.
Hoy es tiempo de darle a los cambios producidos la magnitud de nuestro compromiso. Si aquellos patriotas lucharon por la libertad, lo hicieron con el sueño de la integración. Su fracaso  volvió a encadénanos a nuevos imperios y hegemonías.
En el siglo XXI, la integración latinoamericana vuelve a desandar la balcanización que nos llevara a desconocer lo que somos: la mayor unidad cultural del planeta. Hemos sido una nación desintegrada, pero nunca dejamos de ser la gran Nación Latinoamericana. Los países son el resultado de acuerdos políticos y estos de derrotas y éxitos transitorios y efímeros. Las naciones son construcciones más complejas.
La Patria Grande o Gran Nación Latinoamericana es el resultado de siglos de construcción cultural, política en la que convive nuestro común denominador  hispanoamericano con nuestra rica diversidad fortalecida por la matriz del los pueblos originarios y las migraciones forzosas y voluntarias de África y Europa.
Si entendemos nuestra historia en profundidad comprenderemos que las nefastas fuerzas de la balcanización no han podido mellar la amalgama que hace de la Patria Grande, mas que una utopía, una inevitable energía indestructible.
De Ushuaia al Río Grande e incluso en el corazón territorial de la hegemonía anglosajona, late una identidad común, que no excluye matices ni diversidad sino son el aporte a la razón misma de nuestra verdadera Patria cultural: la América Latina.
Es por ello, que el sueño de los libertadores, impulsados dos siglos después por los hombres y mujeres que conducen la recuperación de nuestra fragmentación, no puede dejar de contar con el aporte transversal de quienes siendo o no parte del esfuerzo estatal, debemos sumarnos en una convocatoria militante y fundacional de la generación que recupere en el siglo XXI la unidad de nuestra Patria esencial, la Patria Grande.
Los abajo firmantes, hombres y mujeres de la América Latina y adherentes del contexto universal, suscribimos la consolidación de una firme unidad de la América Latina sin fronteras como la concibieran los Libertadores.
Nos comprometemos por ello a:
1- Hermanarnos como compatriotas de la Nación latinoamericana como Patria común sin desmedro de nuestras nuestras patrias chicas e identidades cohabitantes en ella.
2- Trabajar con nuestros gobiernos para consolidar el proceso de  integración en curso expresado en los foros y uniones como Unasur, Mercosur, Alba, Celac.
3- Establecer firmes contactos transversales entre los pueblos, en definitiva la sociedad, sus instituciones, universidades, corporaciones gremios y asociaciones que consoliden los esfuerzos de los gobiernos por la definitiva unión latinoamericana.

La unidad de la Patria Grande es una tarea que trasciende el invalorable esfuerzo de nuestras presidentas/es.
Solo el pueblo garantizará con ellos, la efectiva unidad sobre la formidable base de la integración cultural.

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